Fraternidad Internacional de Jóvenes

 

 

Esta semana, la Fraternidad Internacional de Jóvenes (IYF), realizó un Campamento en Playas del Coco, Guanacaste; con una asistencia de más de 100 participantes.

 

 

 

 

 

 

 

A lo largo de los días, los jóvenes y adolescentes unían sus corazones uno con el otro, para poder ejecutar los diferentes juegos de las mini olimpiadas; en donde se veían las sonrisas en sus rostros, por lo felices que estaban. Y de igual forma, todos tenían mucho gozo el día que fueron a la playa a disfrutar, a comer helados, a nadar y a jugar fútbol, entre otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

Aprendieron canciones en coreano y en inglés, que los hicieron meditar con su hermosa letra. También las danzas del grupo: The Righteous Stars, y las presentaciones culturales, los hicieron viajar por el mundo. Cada coreografía tenía un significado importante, como la danza jamaiquina, ya que las personas de esa cultura, siempre tienen una alegría que contagia a los demás.

 

 

 

 

 

 

 

Además de todo lo anterior, hubo un concurso de talentos, en el que cada grupo tuvo que unirse entre sí, para planear y practicar bailes; cantos; y obras de teatro que los hacían reflexionar, sobre su propia vida, y el cómo Dios es tan importante en ella. También tuvieron una mini maratón, en la que corrieron con todos sus corazones, para lograr llegar a la meta.

 

 

 

 

 

 

 

Durante el tiempo de las charlas, que fueron impartidas por diferentes personas, les hablaban de lo fundamental que es abrir el corazón; enfrentar las situaciones; y no resolver las cosas solos, o siguiendo el propio juicio; sino obteniendo ayuda de personas como sus padres, entre otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

Junto con esto, se les enseñaba sobre el poder ponerse en los zapatos de los demás; valorar todo lo que tienen; y entender lo que sienten los otros, para que haya una conexión real, y una verdadera felicidad; no una felicidad temporal.

 

 

Aprendían de la enfermedad del corazón, que causa el aislamiento entre las personas; ya sea con la familia, los amigos, y todos quienes les rodean en general. Por medio de esto, los participantes del Campamento eran llevados a meditar profundamente; y a la hora de la fogata, ellos eran invitados a hablarle a sus padres por vía telefónica, para decirles que los amaban a pesar de todas las situaciones; pudiendo experimentar así, una gran felicidad al expresárselos.

 

 

Así se desarrolló el Campamento de jóvenes y adolescentes; el cual cambió el corazón de ellos, y les permitió observar el amor de Dios, a todo lo largo de él.

 

 

 

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